Durante las Guerras Clónicas, un droide de batalla renegado desertó del Ejército Droide Separatista después de haber sido desconectado del colectivo droide. Un droide de batalla B1 creado por la Federación de Comercio, este droide no tenía pensamientos independientes, pues sus funciones cognitivas las realizaba una Computadora de Control Central. Combatió en numerosas batallas durante las Guerras Clónicas, donde constantemente era dañado o destruido sólo para ser reconstruido con partes nuevas.
El droide eventualmente fue apostado en el planeta Antamont junto con una gran fuerza Separatista, como parte del ataque a una fortaleza de la República en ese mundo. Mientras las fuerzas droides avanzaban a través de un angosto paso montañoso, el B1 activó una mina terrestre de la República. La explosión causó fuertes daños, y la conexión del droide a la computadora central se cortó. Ahora libre y con pensamiento independiente, el B1 decidió que su propia supervivencia por cualquier medio era su objetivo número uno y huyó de la batalla. Fue perseguido por un droide garra, que trató de persuadir al B1 de regresar a su deber; cuando se rehusó, el droide garra atacó, y los dos cayeron por el borde de un acantilado. El droide garra eventualmente se apagó, pero el B1 permaneció relativamente intacto. Siguió escapando de la batalla por un tiempo, hasta que su batería finalmente se terminó. Varios años después, el droide de batalla fue descubierto por dos granjeros locales, que decidieron recargarlo para usarlo en su rancho.
Durante las Guerras Clónicas, la Federación de Comercio produjo droides de batalla B1 en masa para el Ejército Droide Separatista. Estos esqueléticos y frágiles droides estaban conectados con un circuito esclavo a una Computadora de Control Central localizada en un lugar seguro. Esta computadora guiaba los movimientos de los droides para que pelearan como uno, con una mente grupal, y no pensaran independientemente. Solo, cada droide era poco útil para combatir, pero en grandes números eran efectivos; esencialmente desechables, cuando uno era destruido, dos más tomaban su lugar.
Un droide de batalla como estos combatió en numerosas batallas durante las Guerras Clónicas. Construido en una fábrica de la Federación de Comercio como todos sus congéneres, el B1 marchó a la batalla en muchas ocasiones, combatiendo por la Confederación de Sistemas Independientes contra la República Galáctica, pero era dañado con frecuencia. Cada vez que el droide era dañado, era recuperado y devuelto a las fábricas para ser reconstruido. Después de que lo reconstruían, volvía a ser desplegado en otra batalla, proceso que se repitió muchas veces. Durante una batalla particular, el droide perdió todas sus extremidades y sufrió una marca en su cráneo, hasta que fue recuperado de una pila de droides dañados en el campo de batalla y fue reconstruido.
Deserción
Droide garra: «La deserción es una violación del protocolo. ¡Regresa a la formación de inmediato! …Repito —¡regresa a la formación!»
Droide de batalla renegado: «Prefiero no hacerlo. ¿Has visto hacia qué están marchando?»
Droide garra: «Nuestro lugar no es cuestionar las directivas.»
Droide de batalla renegado: «Lo es si valoras tus servomotores. Si te detienes a pensarlo. ¿Así que qué opinas? ¿Quieres detenerte y pensar un poco? …¿No? Me parece justo.»
―El desertor B1 es confrontado por el droide garra [fuente]
En algún momento durante las Guerras Clónicas, el droide fue apostado en el verde y montañoso[1] planeta Antamont, lugar de una fortaleza de la República. La Confederación lanzó una fuerza de ataque hacia la fortaleza; hordas de droides de batalla, droides garra, droides araña y droides Hailfire marcharon y rodaron a través de un paso angosto entre las montañas para llegar hasta ella. El B1 cicatrizado estaba al frente de ese grupo; el camino estaba lleno de minas de la República, y al pisar una, la detonó. La explosión destruyó varios otros droides y dañó algunos vehículos, mientras que el B1 que la detonó saltó por los aires y cayó en el costado de una colina hacia un río, adyacente al camino. Chocó con una roca en el río, lo que dañó su cráneo y lo apagó durante unos momentos.
Después de reactivarse, el droide se dio cuenta de que su conexión a la mente grupal droide se había cortado; por primera vez en su existencia, su rol y razón de existir fueron cuestionadas. Mientras el droide regresaba al lado de sus camaradas y observaba cómo las fuerzas de la Confederación y República se encontraban y comenzaban la batalla, asumió una nueva directiva, en la que se ponía la supervivencia del droide sobre todo lo demás. Inmediatamente después de darse cuenta de esto, el B1 le dio la espalda a sus compañeros droides y huyó hacia la colina y lejos de la batalla, al haber descubierto que era posible que lo dañaran de nuevo o lo destruyeran permanentemente en la batalla. El droide corrió, subiendo y bajando colinas, hasta que eventualmente llegó al borde de un acantilado gigantesco, donde se detuvo, a muchos kilómetros de distancia de las fuerzas de la CSI. Entre los nuevos pensamientos del droide estuvo la esperanza, y la posibilidad de una vida diferente que el mismo droide pudiera elegir. Sin embargo, la huida del droide no fue del todo secreta, y mientras éste comenzaba a ponderar su futuro, un droide garra Separatista llegó al borde del acantilado después de haber rastreado al B1 desde el lugar de la batalla. El droide garra le informó al B1 que la deserción era una violación del protocolo, y le ordenó regresar inmediatamente a la contienda. Sin embargo, el B1 no tenía intención de hacerlo.