Como muchos Jedi, Komari Vosa fue encontrada sensible a la Fuerza y llevada a la capital republicana de Coruscant para ser entrenada por el maestro Yoda. Como Padawan, Komari mostraba un temperamento irascible para alguien que aspiraba a ocupar un lugar en la Orden Jedi y por eso recibía continuos llamamientos de atención. Dooku la había tomado como Padawan años después que Qui-Gon Jinn, su anterior pupilo, hubiese superado las pruebas y alcanzado el rango de Caballero Jedi.
Para Vosa, la prueba de fuego en combate llegó en el planeta Galidraan, donde los Jedi se midieron contra los guerreros Mandalorianos, a quienes prácticamente extinguieron en un combate tan extenso, como cruento. En aquel conflicto, Komari Vosa fue responsable de la muerte de veinte Mandalorianos y dejó incapacitados a otra veintena o más. A pesar que con el correr del tiempo los Jedi se arrepentirían de aquella batalla, en su momento, el Maestro Dooku se sintió altamente satisfecho del rendimiento de su Padawan y la auguró un portentoso futuro en el servicio a la Fuerza.
El tiempo pasó y el momento en el cual Komari Vosa debía enfrentar las pruebas llegó. Pese a que Dooku tenía a su aprendiz en muy alta estima, le negó la posibilidad de probarse para alcanzar el rango de Caballero Jedi, ya que él y otros miembros de la orden, incluidos algunos miembros del consejo, habían comenzado a sentir que la ira y la violencia crecía en el interior de la chica. Dooku le proponía que meditase, que viese sus sentimientos y que encarase las pruebas más adelante. Pero en su corazón, Komari sintió esto como una traición de parte de su maestro y profundizó su cólera. El aumento de su inclinación al Lado Oscuro fue sentido por su Maestro y por el Consejo, que decidió poner fin al entrenamiento de Vosa.
La joven iba a ser enviada a los planetas donde funcionaban las granjas a las cuales eran destinados aquellos Jedi que no alcanzaban la Caballería, pero antes de que esto ocurra, llegó a Coruscant la noticia que un grupo de miembros del culto Bando Gora estaba masacrando a la gente del planeta Baltizaar.
Enfrentamiento en Bogden
«Me resistí al comienzo pero ellos tienen muchas formas para doblegar a alguien.»
El culto Bando Gora estaba conformado por fanáticos religiosos, entrenados en mil maneras de matar, que asolaban a distintos mundos de la República por aquellos días y se habían erguido como una verdadera amenaza que los Jedi no habían conseguido detener hasta ese momento. Una batalla enorme estaba en ciernes y las habilidades de Komari Vosa en combate eran necesarias, por lo menos eso pensaba la joven mujer en aquel momento. Komari ya se imaginaba al Consejo solicitándole su participación, acompañando al contingente Jedi enviado para zanjar el asunto. Vosa esperó, pero la petición nunca llegó. Aún así, sin la aprobación de sus superiores, Komari se embarcó hacia el inminente combate.
Ya en plena marcha, el Maestro Dooku descubrió a la polizonte que llevaban consigo y teniendo en cuenta la distancia ya recorrida, se le permitió quedarse a bordo de aquella nave, junto a los demás Jedi. Durante el viaje, Dooku intentó acercarse a la resentida Komari, pero ella le dio la espalda cada vez que el viejo Jedi trató de hablar con ella.
En la llegada a Baltizaar y en el inicio de la batalla no estuvieron separados. Ni bien la nave Jedi se posó en el suelo, las muertes en ambos bandos comenzaron a propagarse. Una de las figuras que resaltaban en la conflagración era la de Komari, que eliminaba a miembros del culto a diestra y siniestra. Este hecho no había escapado a los enloquecidos fanáticos, que con más ahínco se volcaban a tratar de aplacar la efectividad en combate de Vosa.
Al final de aquel día muchos guardianes de la paz y la justicia en la Galaxia habían caído; si bien el culto Bando Gora había perdido la batalla, el precio había sido demasiado alto. Cuando los Jedi se agruparon para partir hacia Coruscant, Dooku buscó a su ex Padawan, pero no la halló. Fue así que tras una búsqueda—muy limitada por las condiciones catastróficas en las que había quedado el campo de batalla—Komari Vosa fue dada como baja en combate. Se la lloró y se la consideró unificada con la Fuerza.
Pero Komari Vosa estaba viva. Había sido tomada prisionera por el culto Bando Gora, sometida a torturas y crueldades que destrozaron su cordura y que definitivamente liberaron toda la furia que ardía en su interior, volviéndola poderosa en el lado oscuro de la Fuerza. Los Bando Gora creyeron que con sus suplicios matarían a la guerrera que se había cobrado tantas vidas de sus huestes, sin embargo nunca sospecharon lo que terminó ocurriendo: Komari desató su naciente poder del Lado Oscuro y se liberó de sus captores, matando a varios de ellos en el proceso. Acto seguido desafió al líder del culto a un duelo a muerte, quien según la tradición no podía negarse al combate. Lo mató y ni siquiera hizo sudar a Vosa.
Tras esto, los miembros del culto no se opusieron cuando Komari se autoproclamó la nueva líder de Bando Gora. Komari Vosa no había olvidado su rencor por los Jedi y sabía que llegaría el momento en que debería cruzar espadas con sus ex camaradas, pero por ese entonces interpretaba que la Fuerza le había mostrado su lugar en el universo, el de líder de un culto que la volvería poderosa, lejos de las restricciones y egoísmos de los Jedi. Su primera medida como líder fue la de trasladar al remanente del culto, de la decrepita ciudadela que ocupaban en el planeta Kohlma a una luna cementerio que orbitaba Bogden; ya que sabía que los Jedi no tardarían en descubrir su locación y arrasar a los sobrevivientes de la Batalla de Baltizaar. En la luna de Bogden sus seguidores se repondrían y desde allí podrían reclutar más adeptos, después de todo los Jedi y ella misma habían mermado sus filas en demasía.